A Georgescu se le acusa de crear una organización fascista para socavar el orden constitucional, ha sido interpretado por sus seguidores como un intento de apartarlo del escenario político.

Ante decisión de la Oficina Central Electoral de Rumanía de prohibir su candidatura para las elecciones presidenciales del 4 de mayo el equipo de defensa de Calin Georgescu levantó una apelación ante el Tribunal Consitutcional . La medida, tomada con diez votos a favor y cuatro en contra, se justificó oficialmente por irregularidades en la documentación presentada, .

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Sin embargo, el hecho de que el candidato ya hubiera ganado la primera vuelta antes de que los resultados fueran anulados ha generado dudas sobre la verdadera motivación detrás de esta decisión.

Giorgescu ha sido una figura divisiva en la política rumana. Conocido por sus posturas críticas hacia la OTAN y su oposición al apoyo militar a Ucrania, su propuesta de acercar al país a Rusia le ha valido el rechazo de los sectores prooccidentales, que lo han etiquetado como un político «prorruso».

El proceso judicial en su contra, en el que se le acusa de crear una organización fascista para socavar el orden constitucional, ha sido interpretado por sus seguidores como un intento de apartarlo del escenario político.

Tras su victoria en la primera vuelta, un tribunal anuló los resultados y se llegó incluso a intentar su detención, lo que ha generado serios cuestionamientos sobre la imparcialidad del sistema judicial y electoral rumano.

Apenas se conoció la decisión de la Oficina Electoral, cientos de personas salieron a las calles de Bucarest y otras ciudades para manifestar su rechazo. Sus seguidores denuncian un golpe contra la democracia, mientras la defensa de Georgescu anunció que apelará la decisión ante el Tribunal Constitucional, cuya resolución deberá conocerse antes del próximo miércoles.

En un país que ha profundizado su alineación con la Unión Europea y la OTAN, el caso de Gioergescu pone en evidencia las tensiones internas entre los sectores que defienden la actual política exterior y aquellos que buscan un modelo alternativo.

Desde Moscú, Giorgescu se pronunció tras la decisión, asegurando que no abandonará la lucha y denunciando que su exclusión es una maniobra para silenciar voces disidentes en Rumanía.

Las elecciones presidenciales de Rumanía estaban inicialmente programadas para noviembre de 2024. En la primera vuelta, Georgescu, candidato independiente de extrema derecha, obtuvo una sorprendente ventaja con el 23% de los votos.

Sin embargo, el Tribunal Constitucional anuló los resultados antes de la segunda vuelta, prevista para el 8 de diciembre, debido a sospechas de injerencia rusa en favor de Georgescu y posibles irregularidades en la financiación de su campaña.

Tras la anulación, el presidente en funciones, Klaus Iohannis, anunció su dimisión el 12 de febrero, dejando al presidente del Senado, Ilie Bolojan, como presidente interino hasta la celebración de nuevas elecciones. Estas fueron reprogramadas para el 4 de mayo de 2025, con una eventual segunda vuelta el 18 de mayo.

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